sábado, 16 de marzo de 2019

ERA UNA MOLINERA DEL SIGLO XXI...


Gracias al gran proyecto de Silvia López, que nace en el corazón de la comarca castellonense de el Alto Palancia, en el municipio de Altura, podemos volver a reencontrarnos con los frutos de nuestra tierra convertidos en harina. Mientras las multinacionales y muchos buscavidas nos engañan día a día, una luz se asoma y nos brinda la oportunidad de volver a encontrar harinas como las que alimentaban a nuestros abuelos. Con todo el conocimiento de hoy, este molino nos ofrece harinas ecológicas de variedades tradicionales molidas a la piedra.

El grano utilizado en este molino para la elaboración de la harina, es de proximidad, favoreciendo de este modo el desarrollo de zonas rurales que están siendo sometidas al continuo abandono desde que comenzó el éxodo rural en los años 50.



Tras mi experiencia con harinas integrales de las que vienen preparadas para utilizar en la panificadora, tuve el lujo de encontrarme con estas harinas de extrema calidad, que me invitaron a abandonar la máquina panificadora y elaborar el pan manualmente en casa, con masa madre. Es impresionante, la diferencia de estos materiales a cualquier otro que podamos encontrar en el mercado.



Mucho se habla de ecología y se nos iluminan los ojos, pero la mayoría de productos que nos venden como ecológicos, no lo son verdaderamente, aunque vayan certificados por la autoridad competente. Nos venden harinas cuya procedencia desconocemos, materiales que han recorrido largas distancias, dejando una dura huella sobre el medio ambiente y que no han sido procesados como corresponde. Además, en la mayoría de casos, se comete por parte de quienes dominan el mercado la atrocidad de no pagar precios justos a los campesinos, que apenas pueden sobrevivir con el nivel de rentas, viéndose en ocasiones obligados a abandonar su profesión y tener que ir a la ciudad a malvivir como se puede.


No solo nos engañan con que las materias primas vienen de lejos y no nos lo dicen, sino que además el fraude es tan fuerte, que se comercializa harinas con el nombre de integral sin serlo. Se añade malta para dar color y un bajo porcentaje de salvado, y la gente no sabe ni lo que compra ni lo que se introduce en la boca, y no hablemos de la cantidad de aditivos, que se utilizan para conseguir un producto que el cliente consume por inercia.



Y que decir de esas franquicias que nos engañan más todavía, con escaparates y mostradores atractivos en las grandes ciudades con productos muy llamativos a la vista, pero que luego están elaborados industrialmente con materias primas de baja calidad. 



Pero hablando de mi experiencia en la elaboración de pan con masa madre en casa, la utilización de estas harinas, me ha llevado a descubrir todo un mundo de aromas, texturas y sabores en la elaboración del pan. Suelo realizar panes con un 20% de masa madre a base de harina de centeno, y un 80 % de harina de trigo, de las variedades tradicionales que se dejaron de cultivar, y están volviendo a utilizar como Espelta, Florencia Aurora y Aragón 03.


Gracias Silvia, por ese gran trabajo y reencuentro que nos estás haciendo con un producto alimenticio tan importante en nuestra dieta mediterránea como es el "Pan nuestro de cada día". Desde este humilde Blog, recibe fuerza para seguir con un proyecto que hay que promocionar y divulgar para que llegue a todas aquellas personas abiertas a reencontrarse con una alimentación sana, saludable y que son sensibles con el medio Rural-Natural.
Related Posts with Thumbnails