Participantes: Teresa, Inma P., Inma F., Silvia y Fernando
Fecha: 15-11-09
Recorrido: Chulilla-Charco Azul-Las cuevas y La Peñeta-Cueva del Gollisno.
Distancia: 8 km aproximadamente (Considerando que dos tramos se hacen ida i vuelta)
Tiempo:2 horas (depende de lo que nos queramos entretener, el paisaje lo merece)
Dificultad: baja
Cartografía: 694 – Chulilla.
Recomendaciones: Precaución en las zonas próximas a precipicios. Llevar calzado cómodo de montaña y bañador si es verano.
Acceso: Partimos por la CV-35, desde Valencia dirección Ademuz, hasta llegar al Cruce De Villar del Arzobispo y Chulilla.
La Población valenciana de
Chulilla, ofrece al visitante múltiples recursos y servicios. Es uno de los lugares emblemáticos con gran cantidad de vías de escalada gracias a sus verticales paredes calizas que la erosión del agua ha ido generando a través de los años. Las posibilidades para el senderismo, son múltiples, así como poder nadar en un río, caminar por el cañón del Turia, recorrer las múltiples sendas.
Una vez llegamos a la población de
Chulilla, se recomienda dejar el vehículo en los lugares adaptados para este fin, ya que la estructura de su origen morisco se corresponde con calles muy estrechas. Partiendo desde el parking que hay pasando el pueblo, y entrando
de nuevo hacia la plaza, nos encontraremos con un cartel que nos señala el camino hacia el Charco Azul por un Sendero local, SL CV 74. El camino resulta fácil. Tenemos la posibilidad de llegar hasta el fondo del cañón del Turia, siguiendo una senda sin dificultades, pero teniendo en cuenta que en función del agua que baje, puede que nos tengamos que descalzar en algunos puntos. Si no hay mucha agua, podemos saltar habilidosamente por encima de los mojones de cemento y piedras.
Pasaremos por la Peña Judía. Una vez llegamos al charco azul, nos encontramos con una serie de pasarelas y un conjunto de obras hidráulicas. En realidad se trata de un azud que recoge agua para encauzarla por un canal, que antiguamente daba servicio a una fábrica de luz y por la cual pasamos en el camino de vuelta transcurriendo parte de la senda por la orilla del canal.
Una vez llegamos de nuevo al punto de partida, podemos tomar otro sendero, que rodeando las paredes de roca y siguiendo la senda con precaución, nos llevará hacia el otro extremo de la población. La senda está llena de plantas invasoras como los higos chumbos (Opuntia ficus-indica) y la pitera (Agave americana). Primero pasaremos por una especie de cuevas, siguiendo la senda que rodea latas paredes donde may múltiples vías de escalada. Después pasaremos por debajo del castillo, donde todavía podremos visar unas paredes de piedra, que mantienen dos ventanas. Una vez de nuevo en la población, callejeando buscaremos la bajada hasta el puente que nos cruza el río.
Una vez pasado el río, veremos un indicador donde se anuncia la cueva del Gollisno. La senda transcurre muy agradable, paralela al río. Desde ella divisamos los huertos tradicionales y parte del pueblo en los extremos de la Peñeta. Entre pinos mediterráneos (Pinus halepensis) y arbustos, llegamos a la conocida cueva del Gollisno, lugar cubierto por un gran techo de roca muy plano, que antiguamente servía para recoger y albergar el ganado. Resulta un lugar idóneo para tomar un descanso.
Poco antes de llegar a la cueva del Gollisno, hay otra senda con bastante pendiente que se dirige hacia la cueva del Tesoro, pasando por un bello tramo entre rocas con vegetación mediterránea muy interesante (lo dejamos para otra ocasión por falta de tiempo).
En esta época, el cañón del Turia fluye de vida y color. Los chopos (Populus nigra) muestran un color otoñal dorado. Entre las especies vegetales que encontramos, la cornicabra (Pistacia therebinthus), el madroño (Arbutus unedo), el lentisco (Pistacia lentiscus)-1, la olivilla (Phyllirea angustifolia), el durillo (Viburnum tinus), adelfa (Nerium oleander), aladierno (Rhamnus alaternus), coscoja (Quercus coccifera), así como fresnos de olor (Fraxynus ornus)-3, Rusquillo (Ruscus aculeatus) , mirto (Myrtus communis), madreselva (Lonycera implexa), palmito (Chamaerops humillis), romero (Rosmarinus officinalis), algarrobo (Ceratonia siliqua), Flor de viuda (Trachelium caeruleum)-2...
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Mientras estuvimos un rato comiendo el bocadillo junto al río Turia, tuvimos la suerte de contemplar desde cerca un Petirrojo (Erithacus rubecula) que se acercaba tímidamente.