lunes, 8 de diciembre de 2008

LA SABINA ALBAR



Sabinar en Tizi Ossen - Gran Atlas (Marruecos)


Este árbol conocido comunmente como sabina albar, pertenece a la familia de las cupresáceas. Su nombre científico es Juniperus thurifera L.

Su porte es de un tamaño medio, y su crecimiento muy lento. Las hojas son de pequeño tamaño e imbricadas una sobre otras. Es los primeros años de vida, las hojas son aciculares y pinchosas. Sus frutos, reciben el nombre de gálbulos, son redondeados, carnosos y de color negro-azulado. La corteza del árbol es fibrosa y de color ceniciento. Es una especie dioica, por lo que encontraremos ejemplares macho y ejemplares hembra sobre diferentes pies. Se trata de un "fósil viviente", un relicto del pasado, con origen en los bosques preglaciales y con gran capacidad de supervivencia. Compite en muchos casos con especies del género Quercus.


Las formaciones boscosas donde predomina la especie, se denominan sabinares. Dentro de la región botánica mediterránea, podemos encontrar sabinares en el Sur de Francia, En España y en Marruecos principalmente.


En España, las provincias más importantes, donde se encuentran son: Cuenca, Teruel, Guadalajara, Soria, Burgos y las partes interiores de Castellón y Valencia.

En Marruecos, las extensiones más importantes las encontramos en la cordillera del Atlas.

La especie goza de proteción especial frente a la tala. Es normal el uso como ramoneo para el ganado en las épocas de frío bajo autorización.

Tradicionalmente se ha utilizado para la la construcción, en forma de vigas. Durante muchos años, también ha servido como leña para hornos, hogares y tejerías. Actualmente es una de las pocas especies que los bereberes utilizan en las aldeas del gran Atlas para leña.





Madera de sabina utilizada en la construcción de un tejado.






Bello ejemplar de Sabina Albar en Las Alhambras-Manzanera (Teruel).



El humo que resulta de su combustión es muy aromático. Tradicionalmente se utilizaba su resina para obtener incienso.


Actualmente es posible encontrar vigas de derribos que se reciclan para obtener la madera y elaborar muebles y tablones. Su resistencia a la pudrición y xilófagos es conocida.

En su hábitat natural, podemos observar como se va regenarando el sabinar en zonas de cultivo abandonadas, así como en las laderas de las montañas orientadas al Norte. En la Península Ibérica se pueden encontrar entre los 800 y 1500 metros sobre el nivel del mar. En el caso de Marruecos, so presencia llega por encima de los 2500 metros de altitud, no olvidemos que la latitud es más baja. Resulta de gran importancia, mantener la diversidad genética.

En algunos casos es posible encontrar el sabinar adehesado, de modo que bajo la sombra de las sabinas viejas también crece pasto para el ganado, resultando la actividad ganadera totalmente compatible con la vida del sabinar.

La dispersión de las semillas de sabina tiene lugar gracias a la presencia de animales como los zorros y tordos que se alimentan de sus frutos. Resulta de vital importancia la digestión de estas semillas en el estómago de los animales, para que los ácidos las ataquen y una vez en el suelo se vea favorecida la germinación.

En ciertos lugares donde hay suelos muy pobres, calizos y en algunos casos yesíferos, la sabina es el árbol que mejor resiste. Puede soportar temperaturas extremas desde 20 bajo cero a 40 sobre cero. Totalmente adaptada a las épocas de sequía.





Las Blancas. Puebla de San Miguel-Rincón de Ademuz (Valencia)


Son varios los ejemplares antiguos que podemos encontrar, como las sabinas monumentales conocidas como las Blancas, en La Puebla de San Miguel, provincia de Valencia. En la provincia de Teruel, incluso podemos encontrar sabinares que forman un conjunto de gran belleza en sí, con la diversidad de formas, portes, ejemplares de diámetro considerable como los del Sabinar de Las Alhambras de Manzanera, provincia de Teruel.






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