Sorprende
ver este animal cuando no estás acostumbrado a encontrarte con él, y
más cuando lo ves como una especie en expansión. Aunque nos resulte
extraño reconocerlo, el éxodo rural de los años 50, ha contribuido
a la recuperación de la flora y la fauna autóctona.
Esta
especie, cada vez se ve más por las Sierras de Gudar y Javalambre.
No resulta extraño encontrarlos pastando el zonas agrícolas, como
en este caso. A pesar de los incendios y ataques a la naturaleza, me
atrevo a decir que algunas zonas están mejor ahora que hace cien
años. Basta con echar una mirada a fotografías antiguas de muchas
zonas rurales de Teruel, y descubrir como montes y grandes
extensiones que en otro tiempo estaban desnudas por el cultivo de los
bancales para cereal y la extracción de leña, actualmente están
bien recuperadas y además con especies autóctonas como ocurre con
muchos sabinares que están recuperando su entorno natural. Todo
ello, conlleva una recuperación de la fauna autóctona. Es curioso
contemplar como las laderas norte de las montañas se van recuperando
de la vegetación autóctona que quedó en la parte alta.
Aunque
la imagen no es de gran calidad, este cérvido estaba pastando
tranquilamente en un campo de forraje, junto a la carretera que une
la Autovía Mudéjar A-23 con la población turolense de Olba. Es la
segunda ocasión que me encuentro con estas criaturas sin buscarlas.
Aunque no llevaba el tele, pude hacer uso en la lejanía del objetivo
normal para captar este momento y luego recortar la imagen.
En
Europa se encuentra desde los 67º N en Escandinavia hasta los 36º N
de la región mediterránea, a través de una franja prácticamente
continua por toda Europa. Resulta evidente la expansión por el
sistema Ibérico.
Pesa entre 20 y 30 Kg, tiene el hocico negro y las orejas grandes. La marca de pelo blanco debajo de la cola, lo hace muy reconocible. La cuerna tiene un asta central con una punta en la parte inferior hacia adelante y otra en la parte superior hacia atrás. La mudan una vez al año.
El
celo de esta especie comienza entre julio y agosto, teniendo lugar
los nacimientos entre mayo y junio del año siguiente.
Se
alimenta de pastos naturales con alto contenido en fibra, aunque
también se introduce a pastar en campos cultivados de forraje. Tiene
preferencia por las áreas boscosas.
En las zonas norte de la península Ibérica, el lobo es su depredador, aunque en las zonas mediterráneas no. Suele ser frecuente también el ataque de zorros a los cachorros.
Fuente:
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SAN JOSÉ, C. con la colaboración de la Asociación del Corzo
Español
Capreolus
capreolus Corzo