Siempre que tengo la suerte de encontrarme con este animal, me viene a la cabeza la historia que habla de que hace algunos milenios una ardilla podía cruzar la Península Ibérica desde el Estrecho de Gibraltar hasta los Pirineos sin tocar el suelo.
Actualmente, sabemos que hoy es imposible, desde tiempos antiguos la masa vegetal de la península ha sido atacada por la mano del hombre. Pensemos cuantos encinares y sabinares se han eliminado en los últimos 2000 años, para crear nuevos campos de cultivo, combustible para hogares, construcción, combustible para tejerías y ladrillares, carboneo, construcción de barcos...
Este simpático animal de hocico corto, cuerpo esbelto y larga cola peluda tiene un aspecto inconfundible. Los tonos del pelaje varían entre el rojizo, pardo o negro en el dorso y blanco puro en el abdomen, pecho y arranque ventral de las extremidades. Pinceles auriculares sólo desarrollados en invierno.
Este animal está presente en toda Europa. Este ejemplar, ha sido fotografiado en la provincia de Teruel, donde es frecuente encontrarlo en pinares, a veces mezclados con carrascas y melojos.
Sus hábitos alimentarios son a base de semillas de pino principalmente, formando parte de la dieta también nueces, bellotas, zarzamoras...
Por suerte, es un animal fácil de ver. Todavía es más fácil detectar su presencia, por los corazones de las piñas que encontramos en el suelo, siempre repelados. En algunos parques y jardines urbanos, se ha introducido, siendo un habitante más.
Material consultado:
- Purroy, Fco. J.; "Atlas y Libro Rojo de Los Mamíferos Terrestres"; Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.
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