
Fecha: 23-5-2010
Participantes: 2
Distancia: 8,6 km. (ida y vuelta)
Tiempo: 2,5 horas (ida y vuelta)
Dificultad: Baja
Recorrido: Fuente de La Paloma-Fuente de la Astilla-Corrales del Pozo Junco-Pozo Junco
Recomendaciones: Llevar calzado cómodo de montaña, cantimplora y protector solar.
Cartografía: 639 – Jérica (28-25)
Acceso: Por la Autovía Mudéjar A-23, tomamos la salida hacia Manzanera por la A-1514. Tras pasar el barrio de Los Cerezos, tomaremos la TE-610 o TE-603, que va hacia Abejuela convertida en la VF-TE-20, y pararemos en la Fuente de la Paloma.
La sierra de El Toro, ofrece al senderista increíbles paisajes. Su topografía y la cantidad de riqueza en fauna y especialmente en flora de la Región Botánica Mediterránea un auténtico paraíso. Aunque el recorrido propuesto transcurre casi totalmente por la provincia de Teruel, en todo momento estamos a muy pocos metros de la provincia de Castellón, exactamente próximos al término municipal de El Toro, al sur-oeste de la provincia de Castellón.

La senda no está marcada, pero se puede seguir con las indicaciones dadas y sin abandonarla en ningún momento.
Comenzamos nuestro recorrido el término municipal de Manzanera, en uno de los parajes más espectaculares, con pinos silvestres de belleza insuperable. El sendero lo tomamos en la Fuente de la Paloma, justo en una curva muy cerrada, en la carretera que une Manzanera con Abejuela.

Podemos beber y llenar las cantimploras, para a continuación tomar la senda que nos llevará hacia el Pozo Junco. La senda se toma junto a la fuente, y transcurre paralela a un pequeño riachuelo que no siempre lleva agua. Sin abandonar la senda, llegaremos a un abrevadero para el ganado, donde a muy pocos metros, veremos un charco de agua que resulta ser el nacimiento de la fuente de La Astilla.

Nos encaminaremos por una senda que nace allí, hacia la derecha, ascendiendo por la ladera de la montaña. En muy pocos metros superaremos un desnivel de unos 50 metros de altitud y enseguida veremos como la senda se adapta a la curva de nivel con mucha suavidad. Desde la senda, veremos a nuestra izquierda, unas rocas calizas, conocidas como la Peña Blanca. Veremos también entre las rocas un refugio para el ganado. Siguiendo la senda, nos vamos adentrando por el término municipal de Abejuela. Llega un momento en que la senda comienza a in por el cauce del Barranco del Pozo Junco. Aquí ya no hay pérdida.
El sendero se adentra al principio por entre un bosquete de pimpollos, y poco a poco, vemos como transcurre entre lomas suaves, salpicadas de sabina rastrera (Juniperus sabina) y bosquetes de pino silvestre (Pinus sylvestris). Sin abandonar la senda, llegará un momento en que en la ladera de la izquierda veremos unos antiguos corrales medio en ruinas conocidos como los corrales del Pozo Junco.

Sin abandonar la senda llegaremos hasta un punto donde hay una plantación joven de encinas truferas, bordeando en todo momento la valla, llegaremos a un paraje donde hay un abrevadero con agua para los animales, próximo a unos corrales de ganado.
Tomando a partir de aquí un camino ancho de tierra, nos desviaremos hacia la izquierda. Este camino, sin abandonarlo, nos llevará hasta nuestro destino, El Pozo Junco. Este punto, está enclavado en el término municipal de El Toro (Castellón). El pozo está tapado por unos troncos para evitar caídas. También está rodeado por unos pilotes de madera. En el entorno hay unos antiguos troncos vaciados para poder poner el agua y que beba el ganado. Los prados son impresionantes.

La riqueza botánica de este lugar es espectacular. La principal especie arbórea es el pino silvestre (Pinus sylvestris), que forma bosquetes a lo largo del sendero y en algunas zonas auténticos bosques. Podemos encontrar especies que son relícticas , limitadas a zonas donde hay cierto microclima como éste, así podemos encontrar algunos tejos (Taxus baccata), Bonetero (Euonymus europaeus), avellanos (Corylus avellana), Acebo (Ilex aquifolium), Grosella alpina (Ribes alpinum), Rhamnus alpina…
La sabina rastrera (Juniperus sabina), es uno de los elementos que caracterizan el paisaje, especie muy adaptada al clima frío, dando al suelo aspecto de piel de leopardo.

Otras especies, nos pueden llamar la atención por su floración en este momento, como el cerezo de santa Lucia
(Prunus mahaleb), la guillomera
(Amelanchier ovalis), el agracejo
(Berberis hispanica) enebro común
(juniperus communis)...
En esta ocasión hemos tenido la suerte de ver en plena floración Tulipanes silvestres
(Tulipa sylvestris subsp. australis), Meleagrias
(Fritillaria hispanica), Orchis mascula subsp. tenera, sello de salomón
(Poligonatum odoratum), valeriana tuberosa,
Adonis vernalis, prímulas
(Primula veris). La riqueza botánica es tan amplia, que no acabaríamos.
En ocasiones, podremos ver unido a las ramas de los pinos una especie hemiparásita como es el muérdago (Viscum album).
En la zona es fácil ver en verano a la víbora hocicuda (Viperus latasti). También podemos encontrar tomando el sol al lagarto ocelado (Lacerta lepida).
Entre las aves, es muy fácil ver entre las ramas de los pinos al carbonero garrapinos (Parus ater) o escuchar el sonido del arrendajo común (Garrulus glandarius).

La riqueza de lepidópteros es incuestionable, incluyendo la mariposa apolo
(Parnassius apollo).