miércoles, 26 de enero de 2011

RANA COMÚN. Pelophylax perezi.

¿Quién en la infancia no ha jugado en un río o en una charca con los renacuajos? ¿Quién no ha visto a una rana saltar cuando nos hemos acercado a ella? No sé si los niños de hoy tienen la oportunidad de entrar en contacto directo con la naturaleza. Seguro que los que habitan en zonas rurales, aprenden y descubren más rápido el medio natural. La vida en las grandes ciudades impide a los niños el contacto directo con la naturaleza. Resulta muy interesante observar la transformación de ese renacuajo en adulto, viendo como van creciendo las patas y tras perder la cola, vemos una ranita capaz de saltar.

Las ranas siempre llaman la atención por varios motivos. Sólo su canto nos hace estar pendiente de ellas. También  nos hacen gracia sus saltos. Incluso este animalito se ha utilizado como modelo para crear muñecos para los niños.

La rana común o Pelophylax perezi, se caracteriza por un colorido variable entre el pardo y el verde. Pertenece a la familia de los ránidos. Es fácil detectar una banda dorsal clara. Los adultos miden de 5 a 10 cm de longitud. Pupila ovalada y horizontal. Ojos muy prominentes. Tímpanos muy patentes
Se trata de un anfibio que suele permanecer en agua o bien cerca de ella. Están activas tanto de día como de noche.

El periodo reproductor se extiende de abril a julio.

Mientras el renacuajo es omnívoro, los adultos se alimentan principalmente de artrópodos, sin despreciar tampoco cualquier lombriz que puedan atrapar. También están sus predadores, entre los que destacan las culebras de agua.

Se distribuye principalmente por toda la península Ibérica. También presente en el sur de Francia. Se halla introducida en las islas Baleares y en las islas Canarias con la excepción del Hierro y Lanzarote.

Aunque las poblaciones se hallan en buen estado, la desaparición de charcas y cauces de agua puede afectar su presencia en lugares donde siempre han existido. Los productos fitosanitarios y vertidos tóxicos a los cauces son las peores amenazas.

Fuentes:



11 comentarios:

Teté M. Jorge dijo...

Fernando, quanta lembrança você me trouxe... quando pequena, existiam dois sapos que sempre nos visitavam na varanda, Chico e Lina. Meu pai nos chamava para conversar com eles. Dizia que eles comias os mosquitos e outros insetos. Meu pai segurava um deles com a mão e dizia virando para a gente: "Dê boa noite para seus amiguinhos, Chico!"
Sapos, rãs e tudo mais... que boa infância, na beira do rio, na cachoeira... sapos por toda parte!
Adorei a reportagem de hoje! Obrigada.

Muitos beijos.

Chomp dijo...

En las vacaciones largas, casi dos meses nos encantaba ir al pueblo de mi abuelita y quedarnos allá. Ella nos enseñaba mucas cosas del campo, y en nuestros ratos libres corríamos a los charcos a jugar con los renacuajos, solo que nosotros les llamábamos ajolotes. Ahora se que estos son otro tipo de animalito.

Que tiempos aquellos, todavía, cuando vamos con los niños les mostramos nuestro mundo y les fascina.

Fernando J. Feliu dijo...

¡Hola Teca!, ya veo que conoces muy bien a los anfibios de cerca, y que sabes la función tan importante que cumplen en el equilibrio de la naturaleza.
Pero todo esto, lo aprendiste en tu infancia...tuviste suerte de conocer de cerca estos animalitos.

¡Hola Chomp! Ya veo que se te a removido en tu interior en tierno recuerdo de tu infancia.
Pero yo creo que de adultos también debemos mantener ese interés de seguir descubriendo la naturaleza, siempre tenemos cosas nuevas que aprender.

Besos y muchas gracias por participàr con cuestros comentarios.

trotasendas dijo...

Pues no he cogido ranas yo de niño y como tu dices para saciar mi curiosidad metiendo los renacuajos en un bidón de agua para ver esa mágica trasformación. Ahora aún lo hago!! aunque para enseñárselas a mi hija y después soltarlas claro. Bonita entrada.....

Fernando J. Feliu dijo...

¡Hola Trotasendas! Haces muy bien de no perder ese ñiño que llevamos dentro . Como tú bien indicas, la naturaleza es la mejor escuela. Creo que es mucho más positivo descubrir y conocer a los animales en su medio natural que en un parque zoológico. Tan interesante puede ser observar el comportamiento de una rana o de un gorrión como el de otros animales que consideramos exóticos.

Salomé Guadalupe Ingelmo dijo...

Me producen una ternura especial y me siguen fascinando como cuando era niña. Creo que a los tritones y las ranas debo mucho. En una pena que en Hervás los primeros sean ya muy difíciles de encontrar. La contaminación de los ríos... Abrazos.

Fernando J. Feliu dijo...

¡Hola salomé! Sólo basta con echar un vistazo a tu Blog para darse cuenta de lo que sientes por estos animalitos, pues la imagen no te falta.

Muchas gracias por participar con tu comentario.

El viejo farero dijo...

Dice un verso:

Que no me digan a mi,
que el canto de la cigüeña
no es bonito pa dormí.
De crío vivía en un barrio que era casi un pueblo, frente a casa habían campos de labor y un arroyo lleno de ranas y sapos. De día nos dedicábamos a cogerlas, pero de noche a mi me encantaba oírlas croar en verano, cuando el calor no me dejaba dormir. Aun hoy, a mis más de 50 años, me encanta verlas saltar al agua, o posadas sobre las hojas de lotos en el parque.

Gracias por esta entrada que me ha traído preciosas recuerdos de mi infancia.
Un abrazo.

Fernando J. Feliu dijo...

¡Amigo farero!, ya veo que has tenido la suerte de jugar en la infancia con estos animalitos, y que todavía mantienes la pasión por disfrutar de ellos en la naturaleza.

Me alegra que una entrada tan sencilla te traiga buenos recuerdos.

Ángel Zamora dijo...

... Este año las he encontrado a cientos, y preveo que en la temporada que entramos volverán a multiplicarse sin ningún problema...

Abrazos.

Fernando J. Feliu dijo...

¡Hola Anzaga!
Supongo que será buena señal si este año has visto tantas. Yo soy de los que piensan que la naturaleza es sabia, y siempre hay una función, destacando que lo más importante es garantizar la supervivencia de las especie.

Un abrazo.

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